Una delicada gloria
que el tacto sueña,
un delicioso beso
que el gusto desea,
una apasionada mueca
que los ojos ruegan,
unas dulces palabras
que los oídos imploran,
y aquel único olor
que el olfato aturde,
mis sentidos perdidos
por tu cuerpo que influye,
dime, ¿cómo conducir derecho
estando ebrio de amor
y en las curvas de tu pecho?,
quiero morir extasiado
en este fatídico reto
donde siempre ganas
y yo siempre pierdo.
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