Me despierto lentamente
ante un ilusión latente
de un rosal vibrante
que veo en el océano caliente,
el vacío de mi cama
me dice que estás ausente,
tal vez la carencia de tus labios
me pone inconsciente,
camino en dirección al mar
y cerca de él mi error es evidente
no era un rosal sino tu cuerpo
que se baña complaciente
voy por ti mi dulce niña
a gozar de tu dulce boca,
el vicio del que soy dependiente,
tus fragancias y tu cuerpo
la lírica y apasionada odisea
en la que me pierdo para siempre.